Cómo ahorrar en impuestos (I)
Aunque todos estamos obligados a pagar nuestros impuestos, también existen fórmulas (algunas poco conocidas) para reducir la cuantía a pagar de los mismos, sin incurrir en ningún tipo conducta ilegal, simplemente utilizando correctamente las distintas deducciones que nos ofrece la propia AEAT.
Así pues, iniciamos con esta entrada una serie de análisis de las distintas deducciones que podemos aplicarnos para pagar menos impuestos.
1. Plan de retribución flexible
Por medio de este tipo de retribución, los asalariados pueden percibir parte de su salario en efectivo en una serie de productos en especie como un seguro médico, guardería, transporte, cheques restaurante, etc…
Una de las ventajas que puede obtener una empresa al establecer un plan de retribución flexible es la de ofrecer a sus trabajadores un beneficio que no incrementa los gastos laborales.
Por otra parte, el trabajador se puede beneficiar de este tipo de retribución al percibir parte de su salario anual con productos que, a su vez, suponen un ahorro porque se tratan de unas contrataciones colectivas, en lugar de individual, así como por el aprovechamiento de los posibles beneficios fiscales que la Ley de I.R.P.F. concede a determinadas formas de retribución en especie.
La retribución flexible puede ofrecerse a todos los empleados, independientemente de su edad, antigüedad o nivel salarial.
Productos con ventajas fiscales: Seguros de salud, planes de jubilación y ahorro, cheques restaurante, pago de guardería, formación externa o renting de vehículos.
Productos sin ventajas fiscales: Seguros de vida y accidente, parking, asesoría fiscal y legal, teléfono móvil, seguros automóviles, seguros del hogar, etc…